Desgraciado, tú no tienes conciencia. Mira lo que causas. Mira no más, todo lo que has hecho durante tanto tiempo. ¡Yo soy testigo de todas tus barbaridades! Has metido tus sucias manos en todos los espacios embarrándolos a todos de tus porquerías, y especialmente, y por eso mi resentimiento hacia ti, en los más inocentes. ¡Qué tenías tu qué hacer ahí!
Te escribo esta carta aunque sé que no la leerás. Pero igual me desahogo al hacerlo; y es mi intención que otros la lean, para que sepan un poco quien eres tú. Muchos te defenderán, claro, ya les diste tu pócima y les arruinaste la vida. Otros apenas podrán sospechar que hay algo ahí.
Estuviste presente hasta en mi nacimiento. Mientras fui adquiriendo uso de razón me bombardeaste con tus promesas. No puedo creer que hayas llegado a parecer parte de mi familia. Fui creciendo y resultó que conocías a mis amigos; y a ellos les hacías lo mismo que a mí. Te llevaste contigo a casi todos, y los sometiste a tus antojos.
Sabes que, FELIZMENTE conocí a bastante gente que te conocía un poco más a fondo y quizás por esto no eran muy amigos tuyos. Ellos me advirtieron que tenga cuidado de con quien me junte. Varios de éstos te odiaban, otros no te culpaban, y algunos querían decir que te odiaban por diversos motivos diferentes al hecho de odiarte por ser tú.
Tengo mucha… ¿suerte? de que mi vida se haya dado como se dio. Por esto pude reflexionar acerca de tu compañía y tu influencia en mi vida. ¿Ahora vas a querer tomar la suerte también? ¿O ya lo has hecho? ¿Qué, maldices a la suerte también? Ahora sé que no puedo deshacerme de ti. No puedo sacarte de mi vida, tengo que seguir a tu lado. Pero al ver todo lo que me podrías quitar, cuanto podría dejar de disfrutar, decidí hacerte menos caso.
Y con esto me refiero a muchas cosas que he descubierto últimamente. Al no mirarte a ti veo cosas por las que realmente vale vivir. He visto tantos misterios por resolver, me he fascinado tanto con asuntos a los que tu no valoras nada (no te diré cuáles son porque conociéndote, los sabotearás con tus porquerías), tantos terrenos inexplorados… y lo mejor… LO MEJOR -y no te perdonaría que lo usurpes también (me encargaría de destruirte cueste lo que cueste)- que pude ver al quitar mis ojos de ti, (sin adjetivo) capitalismo, fue a mi.
martes, 21 de abril de 2009
miércoles, 8 de abril de 2009
¡Con qué persona me encontré!
Una vez, alguien que necesitaba ayuda porque el mundo lo había tratado muy mal, me dijo:
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Yo le dije que así era el mundo pues, injusto. Solamente le aconsejé que viera que siempre pueden venir cosas pajas, y que hay que disfrutarlas. Espero que lo haya tomado en cuenta.
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Yo le dije que así era el mundo pues, injusto. Solamente le aconsejé que viera que siempre pueden venir cosas pajas, y que hay que disfrutarlas. Espero que lo haya tomado en cuenta.
Hombre esquizoide del siglo 21
Iba a escribir un cuento que se trataba de un pata que quería contar un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista contaba un cuento en el que el protagonista era el autor del cuento que intentaba contar.
Entonces fui donde este autor y le dije: oye hermano, es facilazo. Mira cuantas historias hay a tu alrededor, hasta están flotando en el aire. Coge una y cuéntala. Verás como habrás dicho tantas cosas acerca de la realidad en la que vives.
Entonces fui donde este autor y le dije: oye hermano, es facilazo. Mira cuantas historias hay a tu alrededor, hasta están flotando en el aire. Coge una y cuéntala. Verás como habrás dicho tantas cosas acerca de la realidad en la que vives.
Pero bueno, así es como hay que vivir
Hola. Escribo esto con la intención de soltarlo en alguna calle de la ciudad para que alguien lo recoja y así saber que hay alguien acompañándome en mi dolor. Soy una porquería. Pero nadie lo sabe. Dentro de mi ser porquería, hay algo que sé hacer bien: mentir. He mentido tanto y tan bien que por eso nadie se ha dado cuenta de la porquería que soy. Pero ya no puedo más. Siento que ya no puedo disfrutar de la vida fingiendo ser otra persona. Es una tragedia… estoy en un dilema: o seguir sin disfrutar de la vida siendo un mentiroso fingiendo ser alguien que no soy, o decir la porquería desagradable sin oportunidades que en verdad soy. Pase lo que pase, el resultado será trágico. Maldita vida, maldita sociedad. Qué injusto, como quisiera presentarme como realmente soy. Pero no se puede pues. Imagínate, ¡qué dirán de mí! Querido amigo, porque tú si eres mi amigo porque tú si sabrás cosas de mí que nadie sabe, quiero decirte algo más. Sé de mucho más gente que practica los mismos oficios que yo. Sé que existen otras porquerías además de mí. No soy el único.
Pero bueno, así es como hay que vivir.
Pero bueno, así es como hay que vivir.
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